Isla del Cerrito
Por la doctora María Cristina de Pompert de Valenzuela
La Isla del Cerrito, antiguamente designada también con el nombre de Atajo y ubicada en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay, es la parte del territorio chaqueño, casi la única, que se encuentra ligada en alguna medida a los hechos generales de la historia nacional.
Perteneció al Chaco desde 1876, antes de que se poblara la ciudad de Resistencia. Tiempo atrás estuvo ocupada por las tropas paraguayas en la Guerra de la Triple Alianza.
Después de la derrota de estas tropas, un laudo arbitral del presidente de los Estados Unidos determinó que las tierras donde hasta ese momento se encontraba la capital de la Gobernación del Chaco, Villa Occidental pasaran a poder del Paraguay.
Por ese motivo fue instalada provisoriamente la capital de la Gobernación del Chaco, que en ese momento comprendía también a Formosa en la isla, hasta que la fundación de la ciudad de Formosa dio nueva capital al Chaco.
El origen de la población es atípico en comparación con los demás pueblos del Chaco. Pensada en principio como colonia agrícola, se le dio luego un objetivo sanitario. En 1914 el gobierno de la Nación, a cargo de Roque Sáenz Peña, hizo reserva de las tierras para destinarlas a la producción agrícola.
Comenzaron a instalarse pobladores en una superficie aproximada de 9.000 hectáreas. Sin embargo, problemas coyunturales habrían de cambiar el destino originario que se dio a esas tierras.
A fines de 1924 el Poder Ejecutivo Nacional, por entonces a cargo de Marcelo T. de Alvear, determinaba la construcción en el lugar de una Colonia Regional de Leprosos que atendería a los afectados de Chaco, Formosa y Corrientes.
El proyecto provocó una seria oposición por parte de políticos y pobladores, en general de la ciudad de Corrientes que veían peligrar el carácter de centro turístico de Paso de la Patria, ubicada en frente. No obstante ello, en 1828 fue colocada la piedra fundamental del establecimiento y tiempo más tarde se iniciaba la construcción del mismo en concordancia con las modernas concepciones de la arquitectura hospitalaria.
La oposición creada por el destino que se daba a las tierras, por razones del posible contagio de la enfermedad, generó una demora de más de diez años en terminar la obra, pero en 1939 fue inaugurado el hospital-colonia para atacar el mal de Hansen en la Isla del Cerrito. La entidad funcionó con todo éxito hasta el período provinciano.
En 1963 el gobernador Deolindo Felipe Bittel solicitaba al Poder Ejecutivo Nacional que la zona de la isla que no estaba ocupada por el hospital, pasara a dominio de la provincia, ya que la isla continuaba siendo reserva nacional desde 1914.
Ante la insistencia del citado gobernante y la de la Cámara de Diputados de la provincia, la isla fue transferida al dominio chaqueño en 1968. Los pocos afectados que aún quedaban, fueron trasladados a otros centros asistenciales del país.
A partir de ese momento se inició la tarea de recuperación del sitio, que apoyada, en mayor o menor medida por sucesivos organismos oficiales concretó la realidad de una localidad turística, de la que hoy gozan los chaqueños y otros visitantes de la región.
El pueblo cuenta con la infraestructura necesaria para su funcionamiento como municipio y sus habitantes residentes, que totalizan menos de 1.000 personas, en su mayoría se dedican a tareas agrícolas. Funciona allí un museo con elementos relativos a la Guerra de la Triple Alianza. Pertenece en la actualidad al departamento Bermejo.
Fuente: Diario Norte.
Laguna Blanca
Por la doctora María Cristina de Pompert de Valenzuela
Situada a 34 kilómetros de Resistencia, se considera que esta población fue fundada el 14 de julio de 1888. Es ésta otra de las localidades chaqueñas, cuyo ejido urbano se formó en torno de la estación del Ferrocarril Central Norte Argentino. La estación comenzó a construirse en 1903 y dos años más tarde comenzó a funcionar el ferrocarril.
El nombre de Laguna Blanca le fue dado por los empleados del ferrocarril, quienes al pasar por la estación observaban el predio de donde se había sacado la tierra para construir los terraplenes de las vías, cubierto de agua, la que daba la sensación de un reflejo blanco. Sus primeros habitantes fueron casi todos inmigrantes. Los lotes rurales que constituyeron la localidad surgieron por desprendimiento de los que poseía Juan Penco que tenía concedida tierras para su colonización. Al ser rescindidos los contratos que la empresa de este señor había firmado, se repartieron las mismas entre Laguna Blanca, Colonia Popular y Makallé. Constituyen éstas ricas tierras de cultivo, posiblemente porque el río Negro que atraviesa la zona, contiene muchos meandros y deja muchos espacios de sedimentación aluvional. Las tierras de Laguna Blanca fueron destinadas en general al cultivo del algodón, que fue predominante, pero también los de maíz, tabaco y girasol. Cobró importancia asimismo, la producción de cítricos de diferentes variedades, que se vendían en provincias vecinas. La ganadería fue de reducida importancia y como exponente de la industria puede citarse la existencia de una desmotadora de algodón. El pueblo llegó a tener un reducido comercio y las dependencias administrativas, de seguridad, sanitarias y de servicio indispensables, sin que en este aspecto se produjera notable crecimiento a través del tiempo. Contribuyó a ello el hecho de su proximidad con la ciudad capital del territorio. La primera escuela creada en 1905 debió cerrarse por falta de alumnos, pero luego se abrieron otras. Hacia la década del treinta del siglo XX, la población ascendía a más de mil habitantes. En agosto de 1931 un decreto del gobernador Mac Lean creaba la Comisión de Fomento de Laguna Blanca que estaría integrada de la misma manera que la de Colonia Popular y tendría como principal cometido el trazar el ejido municipal del pueblo. Por fin, otro decreto de 1938 constituia una Comisión de Fomento independiente que se integraría con Ernesto Lavagno, Rodolfo Bonfanti, Humberto Codutti, Leopoldo Lucchini y Arístides Liva. Ese mismo año se aprueba el ejido municipal en una dimensión de 7.712 hectáreas. En la actualidad conforma un municipio, ubicado en el departamento Libertad y cuenta con menos de 1.000 habitantes.Fuente: Diario Norte.
Diseñan un Software que Anticipa Inundaciones en los Ríos
Investigación de la UNNE. El sistema permite determinar la presencia o ausencia de organismos en planicies inundables, a través de la medición de los pulsos de inundación de los cauces.
La posición en que crecen las plantas en una planicie inundable permite explicar hasta donde crecerá el río.Una investigadora de la Universidad Nacional del Nordeste y el Conicet diseñaron un software que permite determinar la presencia o ausencia de organismos en planicies inundables, una herramienta que a través de la medición de los pulsos de inundación de los cauces explica la dinámica de los sistemas bióticos de los ríos. A su vez posibilita estudiar el fenómeno inverso, es decir determinar cuándo habrá inundaciones o sequías.La innovación tecnológica es la continuidad de una investigación de Sylvina Casco, una de las docentes que integra el Centro de Gestión Ambiental y Ecología (Cegae) de la Unne y del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal).El software se basa en la investigación de Casco que demuestra que la distribución de la vegetación fluvial en el Bajo Paraná está condicionada por el régimen de pulsos hidrosedimentológicos.El trabajo explica que la vegetación es "un indicador local y sintético de los cambios climáticos regionales y globales y que su distribución está condicionada por los períodos extremos como son las inundaciones y sequías".La posición en que crecen las plantas en una planicie inundable permite explicar -según los límites de su distribución- hasta donde crecerá el río. A su vez, el software Pulso brinda la posibilidad de analizar el comportamiento del río con anticipación y, de ese modo, determinar la proliferación de una especie de planta.Casco comentó a Ciencia y Técnica que la biología dispone de valiosos trabajos florísticos y faunísticos de humedales anegables e inundables del Litoral fluvial argentino. Pero aclaró que posiblemente un gran número de especies no han sido aún registradas por los científicos.Explicó que los ríos y, especialmente aquellos que tienen extensas planicies inundables, se caracterizan porque la riqueza específica actual es generalmente baja, respecto de la riqueza específica potencial. Esto se debe a que, en sistemas de alta fluctuación, existen organismos adaptados a una u otra de las condiciones de inundación o de sequía, mientras que otras están adaptas a persistir en ambas fases."Este proceso de selección y adaptación de bioformas en sistemas de flujo alto permanece poco estudiado, en gran parte por no disponer de un esquema conceptual y metodológico adecuado para su estudio", dijo Casco.La investigadora dio cuentas que "poco se avanzó" en la explicación de estos procesos que regulan el régimen fluctuante de los ríos, ni en las consecuencias biológicas y ecológicas de los pulsos hasta que en 1989 Junk, Bailey y Spark publicaron su concepto de "pulso de inundación". De ahí en más, sin demasiados cuestionamientos, se sucedieron desde entonces numerosos trabajos que concordaban con la idea que las inundaciones constituyen el factor condicionante de la vida en los ríos. Después, en 1990 se planteó la necesidad de ligar cuantitativamente la variabilidad hidrológica del río con el patrón de paisaje y con la organización del sistema biótico en series de tiempo.El concepto de "pulso de inundación" fue reformulado, asignando a ambas fases de los pulsos igual importancia y definiendo sus atributos de los pulsos: frecuencia, intensidad, tensión, recurrencia, amplitud y estacionalidad.Finalmente, al comienzo del siglo XXI, Casco desarrolló el software Pulso y este se convirtió en una herramienta útil para explicar la dinámica de los sistemas bióticos de los ríos. El mismo surge de otro trabajo de Casco publicado por Ciencia y Técnica, que explicó la biodiversidad de la vegetación del Paraná, aguas abajo de su confluencia con el Paraguay y su relación directa con los períodos alternantes de inundación y sequía del suelo."Las fluctuaciones del río Paraná y sus implicancias ecológicas, sentaron las bases para diseñar y diagramar un software apropiado para el análisis de fenómenos recurrentes, como las inundaciones y las sequías, fases del pulso hidrosedimentológico", comentó la investigadora.Pulso fue diseñado originalmente para explorar algunas relaciones cuantitativas entre las características ecológicas de áreas anegables e inundables y las diferencias en las fases de inundación y de suelo seco en cada zona del paisaje. Las diferencias en la posición topográfica en distintos puntos de una planicie, determinarán diferente frecuencia, intensidad y duración de las fases de inundación y de sequía. La oferta de hábitat para micro y macro organismos también será distinta y puede ser calificada y cuantificada.Su funcionamiento es simple. Se establece en la serie un valor de intensidad (valor de referencia) el cual define la presencia de determinado elemento del sistema, o la ocurrencia de algún proceso que queremos investigar en el sistema, como podría ser la ocurrencia de suelo inundado.Así, los valores que se encuentran por encima de esta línea virtual son tomados como positivos e indican que la ocurrencia de la fase de inundación tal elemento (planta o animal) estaría presente o que aquel proceso se cumple (germinación, riesgo de fuego). Por debajo del nivel de referencia, los valores son tomados por el modelo como negativos y señalan la ausencia potencial del elemento o proceso investigado.A partir de estos datos hidrométricos o de caudal, diarios, semanales o anuales, tomados en una ciudad próxima a la planicie inundable estudiada, es posible conocer el número de pulsos, el número de fases de inundación y de sequía, la estación del año en que ocurren, la duración y magnitud que alcanzaron y la regularidad del régimen.