"La tierra no nos fue heredada por nuestros padres, nos fue prestada por nuestros hijos". Luis Donaldo Colosio Murrieta ... "Antes sacrificarí­a mi existencia que echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición". José de San Martí­n (El santo de la espada) 1778-1850 ... "Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse". Duque de la Rochefoucauld, F. Rochefoucauld (1613-1680); escritor francés
El Tiempo por Tutiempo.net

viernes, junio 29, 2007

El Chamamé De Luto: Murió Crescencio Lezcano

Keyboard 2
El chamamé está de luto. Ayer en horas de la tarde, murió a los 65 años y después de sufrir las alternativas de una corta enfermedad, Crescencio Lezcano, uno de los principales cultores de nuestra música regional.

Tuvo una dilatada actuación en la recordada LT 5 Radio Chaco y fue allí que se animó a conformar su agrupación musical en la época en que la emisora local comenzaba a contratar conjuntos musicales. Termina ese exitoso ciclo en Bombo y Fuelle que conduce Alfredo Norniella.

Lo acompañaban Tomás Lezcano en contrabajo, Carlos Alberto Arévalo (Ambrosio Mochila Maidana), Roberto Rodríguez, en guitarra y Eugenio Cabañas en acordeón, quienes hicieron las delicias de los seguidores del Chamamé, actuando en pistas, bailables y en actuaciones privadas, ganándose el sobrenombre de “bandoneón mayor del Chaco”.

Crescencio Lezcano grabó una treintena de long plays y una decena de CD y en su larga trayectoria estuvo ligado a las empresas Amambay, Music Hall, Phillips, y últimamente Epsa Music.

Uno de sus grandes logros es haber sido ganador en el Festival Latinoamericano de Salta en la década del 60 siendo memorables sus actuaciones en todo el país. Lo aplaudió el Luna Park en Buenos Aires y últimamente Tierra del Fuego.

Fue reconocido como un gran ejecutante del bandoneón, muy buen director y además, prolijo en toda su conducta personal y artística lo que le valió el respeto de músicos, amigos y la comunidad en general. Sus restos son velados en Casa De Bonis y hoy serán inhumados en el cementerio San Francisco Solano donde seguramente se reiterarán las muestras de pesar.
Fuente: Diario Norte.

domingo, junio 24, 2007

Murió La Correntina De Hierro Que Fundó El Poder Judicial Del Chaco

Judge
“Llevaré conmigo hasta el final la satisfacción de haber sido la primera mujer abogada de Corrientes y el orgullo de haber sido la organizadora del Poder Judicial del Chaco y primera presidenta de su Superior Tribunal de Justicia”, declaró en el año 2003, la doctora María Severa Mohando Solimano de Farías.

Los ministros del Superior Tribunal de Justicia manifestaron su pesar por el fallecimiento, este sábado 23, de esta mujer que, efectivamente, 54 años atrás, comandó la ciclópea tarea de poner los cimientos de la justicia provincial.

Su historia oficial comienza cuando el 14 de junio de 1953 la Cámara de Diputados del Chaco sanciona la Ley 3 de Organización del Poder Judicial. El flamante gobernador, Felipe Gallardo, no titubea en ofrecer la organización del naciente Poder a la abogada que le venía atendiendo sus asuntos particulares desde sus tiempos de intendente de El Zapallar.


Va a verla personalmente a su despacho y le expone razones por las cuales entendía que ella era la persona indicada para tan delicada misión.

Al terminar aquella reunión a puertas cerradas la naciente justicia chaqueña ya tenía organizadora y presidenta: la doctora María Severa Mohando Solimano de Farías, 36 años, esposa del ex gobernador del Territorio Nacional del Chaco y ministro de Asuntos Técnicos de aquel primer gobierno constitucional provincial, doctor Antenor Farías.

El 30 de junio de 1953 la Cámara de Diputados presta acuerdo al primer equipo de jueces, fiscales y defensores oficiales que pudo armar, en una carrera contra el reloj, tanto para esta capital como para el interior.

En lo que respecta al Superior Tribunal de Justicia, queda integrada de la siguiente manera: presidenta, doctora María Mohando Solimano de Farías; vocales, doctores Angel Tosetti (h) y Mario Marpegán; procurador general, doctor Manuel Efraín Toledo (padre del actual ministro Rolando Ignacio Toledo) y doctor José Roberto Antonio Mohando, como defensor general del Superior Tribunal de Justicia.

El 22 de julio de 1953, a las 9 de la mañana, el primer alto cuerpo oficia su primer acuerdo, oportunidad en que fijan el 27 de julio a las 8 de la mañana para que el Poder Judicial del Chaco inicie oficialmente sus funciones.

Así que la Justicia chaqueña, con 131 empleados que incluían jueces, fiscales y defensores para toda la provincia, abre por primera vez sus puertas al público el 27 de julio de 1953, a las 8 de la mañana.

En un mundo judicial nuevo, donde todo era provisorio, el Superior Tribunal de Justicia también funcionaba en un local provisorio. Estaba ubicado en López y Planes 48, actualmente sede de un juzgado Civil.


Al abrirse las puertas de los tribunales los aún inexpertos magistrados, funcionarios y empleados judiciales provinciales se encontraron con miles de expedientes dejados por la justicia nacional, que debían seguir tramitando.

La retirada de los representantes de la justicia nacional fue realmente calamitosa. Se habían llevado hasta los teléfonos y dejaron desparramados por el piso expedientes que hacía diez años esperaban sentencia.

Para colmo, “éramos tan pobres que ni Reglamento Interno teníamos” señalaría también la doctora Solimano de Farías, simbolizando la precariedad de medios de aquel incipiente Poder Judicial.

El mero objetivo de conseguir plumín, tinta china y secante ya era tarea de éxito improbable. El único vehículo disponible era el automóvil personal de la presidenta, un Pontiac, empleado tanto para el traslado de expedientes como para el transporte de alimentos, escobas o artículos de limpieza.

Pero haciendo alarde de una mezcla de tenacidad de inmigrante y paciencia de aborigen, esa correntina de hierro logró poner en órbita a un Poder que con el tiempo alcanzaría alturas insospechadas para sus pioneros.

El doctor Arístides Omar Ginesta, quien juró como ministro del Superior Tribunal de Justicia el 1 de octubre de 1954, la recordó en los siguientes términos, en otra entrevista concedida a NORTE:

“El Poder Judicial le debe mucho a esa mujer, que impuso una norma rígida y dura de trabajo. Tenía un carácter de hierro. Un día dejé mi auto estacionado en la mano izquierda de la calle. Me llamó y me dijo que ni mi condición de juez ni mi calidad de discapacitado físico me habilitaban a dejar mal estacionado mi auto. Su característica era la rigidez, y yo aún hoy la celebro”.

La “revolución libertadora” de septiembre de 1955 trajo abrupto final a su empresa pionera. Juntó sus cosas y regresó a su estudio jurídico. Una “comisión investigadora” revisó cada una de sus sentencias, pero ella estaba tranquila. Sabía que sus fallos reflejaban prudencia, independencia y capacidad.

En homenaje a aquella admirable mujer, que acaba de fallecer a los 90 años, vale la pena rescatar esta otra recordada declaración suya:

“Diría que siempre he tenido no solamente un gran respeto sino también un gran cariño por el Poder Judicial del Chaco y que siento nostalgia y orgullo por la cuota de participación que me cupo en los años de su fundación.

Los tres poderes se respetaban mucho. Siempre sostuve que la justicia no tiene que estar ni por arriba ni por debajo de los otros dos poderes, sino en el medio, controlando. Eso fue lo que hice”.
Vidal Mario
Fuente: Diario Norte.
(No la conocí, no sé en realidad quién es ... pero, sin dudarlo, hace más gente como ella en estos días que corren ...)

miércoles, junio 20, 2007

51 Años Del Hospital Pediátrico

Video institucional del hospital Pediátrico en Resistencia, con motivo de su 50 Aniversario (20/06/2006).

martes, junio 12, 2007

Tres Isletas - Chaco 2007

Video de agradecimiento a las personas que nos donaron cosas para repartir en Chaco en Semana Santa del 2007.

lunes, junio 04, 2007

Milo Lockett: “Pintores hay muchos, artistas somos pocos”

Por Gustavo Insaurralde (Especial para NORTE)

Por segundo año consecutivo, Milo Lockett fue el artista que más vendió en ArteBA. Su obra trasciende fronteras vertiginosamente y le llueven propuestas de todo el mundo; pero él siempre elige vivir y pintar en el Chaco. A veces políticamente incorrecto, por momentos irónico y siempre provocador.

Hace pocos días concluyó ArteBA, la feria de arte contemporáneo más importante de Latinoamérica y Milo estuvo allí. Nuevamente se convirtió en un récord. Fue el pintor que más vendió y recibió todo tipo de propuestas. Fiel a su estilo, primero dijo que no y ahora analiza cautelosamente los pasos por seguir.

“Tenía expectativas”, dice y asegura que “el mejor premio que puede tener un artista es el reconocimiento del público”; y Milo sabe de eso. Desde hace casi un año lo tientan a mudarse a Buenos Aires; pero está convencido de que “desde el Chaco se puede seguir construyendo una obra que sea contemporánea y que esté posicionada en el mercado”.

Tiene claro que seguirá en el Chaco: “Quiero que mi hija crezca acá y tener la vida que tengo. Un poco mejor quizás”. Esa postura sorprende a quienes integran el circuito del arte —coleccionistas, críticos y galeristas—; pero casualmente es lo que respalda su éxito aunque no deja de reconocer que “eso habla del prejuicio hacia el interior del país y es una realidad que Dios atiende en Buenos Aires”.

No resulta difícil reconocer una obra de Milo. Mucho color, el gesto de la línea que define a sus personajes e incluso la recurrente utilización de palabras. “La obra se alimenta de la misma obra, el arte contemporáneo se alimenta todo el tiempo del arte contemporáneo”, reflexiona a la hora de mirar su propia producción.

Trabaja muchas horas en su taller y sin dudas esa retroalimentación es la que impulsa el caudal de trabajo que caracteriza al artista. Se identifica con influencias del art brut, “no sólo por la forma, sino también por la poca formación”, confiesa.

“Mi obra puede considerarse investigación, no tiene una línea y va para muchos lados. Es muy espontánea, tiene mucho de acertijo. De probar y en esa prueba aparece siempre algo nuevo”, se define mientras invita una taza de café que prepara él mismo. “Yo no soy un pintor intelectual”, dispara casi como una sentencia con la verborragia a la que nos tiene acostumbrados. Y agrega:

“Mi obra no es pretenciosa y creo que por eso le interesa tanto a la gente. Es una obra que se puede leer muy fácil. Creo que el arte tiene que ser dramático, pero no solemne”. Franco como pocos, piensa que “hay que perder la pretensión frente a la pintura. La pintura tiene que ser lo que es, hay que pintar como uno es, no como los otros quieren ver”.

Si hay algo que nadie puede negar es que, en una de las provincias más pobres de Argentina, Milo Lockett instaló el arte como un objeto de deseo hasta convertirlo en mercancía. Descubrió la pintura y dijo: “Quiero ser artista y vivir del arte”, con la fuerza de una verdad absoluta.

Dando sus primeros pasos en ese mundo, con atinado desprejuicio opinó: “El arte siempre es una mentira”, y hoy explica: “Cuando decís eso estás diciendo una verdad contundente porque nadie dice “yo quiero vender mi cuadro, nadie dice quiero ser famoso y rico”.

Desde ese lugar de provocador, uno dice un montón de verdades”. Ante sus declaraciones considera: “La gente que estuvo quieta dentro del arte se empieza a mover porque tiene miedo a perder un lugar, un lugar que nunca tuvo”, se ríe con ironía y agrega: “Creo que le generé deseos de pintar a mucha gente, le di valor a algo que estaba muerto y que no era el cuco”.

Por otra parte, el fenómeno Milo es una posibilidad para otros artistas. “Cuando yo me hago famoso y vivo en el Chaco, hay un montón de miradas hacia la provincia buscando otros Milos, uno parecido, distinto, otro mejor. En ese sentido soy generoso, soy un tipo seguro que nunca tuve miedo de compartir”.

Con la agudeza de su verborragia sentencia: “Hay diferentes formas de pararse ante la situación de ser artista”. Es cierto que Milo coquetea con la fama y se pone serio cuando dice que le gustaría desarrollar su carrera comprometido con lo social para ayudar a la gente, decisión que casi se convirtió en un ejercicio político y de la que sobran pruebas.

“Si mi fama sirve para ayudar, está perfecto; pero ser famoso por ser famoso no me gusta. Es importante el reconocimiento y cuando la carrera avanza crece la fama; es muy difícil que una cosa no lleve a la otra y creo que el lugar público a veces es peligroso”.

Conoció a Teresa Anchorena en la plaza de Resistencia hace un par de años, mientras pintaba con chicos de jardín de infantes. Por cumplir con el compromiso de su trabajo con los niños rechazó la invitación de tomar un café desestimando que al poco tiempo sería ella quien lo colocaría en el mejor lugar del arte argentino.

“Tengo mucho para agradecerle”, dice con sinceridad, y agrega: “Fue una buena combinación para mi carrera. Es un persona muy importante en el circuito del arte y su aval para mi obra fue definitorio”.

Este año recibió inesperadas e interesantes propuestas. Pese a eso dice con sorprendente seguridad: “Soy un pintor joven que tiene una carrera por delante. Mi carrera está empezando todo el tiempo, nunca sé cuál es el principio”.

Quizás porque van pasando cosas y sucediéndose las propuestas se hace difícil saber para dónde sigue. Este año ya expuso en Mar del Plata y Neuquén, también lo hará en los museos de Corrientes y Río Negro, invitaciones que considera referenciales por ser un público nuevo.

Milo ya tiene confirmado para el año que viene muestras en Nueva York y Los Angeles, también tiene propuestas para Venezuela y París. “Eso lo tomo con mucho miedo, dentro de la seguridad que puedo tener aparece la incertidumbre del vértigo. Es un desafío”.

A fines de este año está invitado a una feria de arte en Barcelona. “Soy un gran estratega. Muchas cosas que para los demás están libradas al azar, uno las pensó mucho”.

Una galería americana quiso comprarle 200 cuadros y le dijo que no; cuando otro le hubiera vendido. “Eso les generó deseos a cuatro galerías de Buenos Aires. Ellos lo único que tienen es dinero”, dice con cierto tono sarcástico.

La seducción de la fama “Soy de una provincia pobre y seduje a la gente más rica del país”, se asombra con orgullo de haber vendido a los principales coleccionistas argentinos y al establishment del arte nacional.

Al mismo tiempo, cuenta que “el dinero está detrás de mí. Gané dinero desde que tengo 12 años”. Casi con cierto misticismo recuerda: “Estando en la peor sequedad seguía teniendo abundancia, porque todo lo que di siempre volvió”. Consciente de lo que genera y de lo que quiere, aclara:

“Soy ambicioso pero no codicioso. Cuando me preguntan qué lugar quiero, quiero el mejor, quiero primera fila. Y por eso me va bien, porque soy honesto. Digo la verdad aunque parezca una locura. Y cuando miento es una estrategia, para provocar algo”.

Le gusta la neofiguración argentina, por lo que admira a Jorge de la Vega, Felipe Noé y Ernesto Deira. También el expresionismo abstracto de Mark Rothko, los pintores salvajes de Alemania. Confiesa su fascinación por Kemble, Torres García, León Ferrari y Antonio Berni.

Ahora está viajando mucho, compra libros de arte y lee la vida de pintores porque quiere saber lo que pensaban y sus obsesiones. “Uno va cambiando a medida que va leyendo”, considera. Le interesa ser coleccionista y de hecho adquirió algunas obras. Sin embargo, piensa que “el conocimiento es el sumun de la belleza”.

Trabaja mucho, piensa mucho. Dice que le cuesta parar ese ritmo vertiginoso de pensar y pintar, pintar y pensar. Está empecinado de vivir siempre acá y dice: “Estoy eternamente agradecido a mucha gente en el Chaco porque creyó en mí y eso me hizo convencer para ser artista. Mi familia es un pilar fundamental”.

Concluye con una risotada franca y consciente de su nueva provocación: “En mi próxima vida quiero ser Dios”.