"La tierra no nos fue heredada por nuestros padres, nos fue prestada por nuestros hijos". Luis Donaldo Colosio Murrieta ... "Antes sacrificarí­a mi existencia que echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición". José de San Martí­n (El santo de la espada) 1778-1850 ... "Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse". Duque de la Rochefoucauld, F. Rochefoucauld (1613-1680); escritor francés
El Tiempo por Tutiempo.net

sábado, octubre 20, 2007

Narraciones Tobas Adjudican Al Hombre Blanco La Destrucción De La Primera Ciudad Del Chaco

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Investigación de la Facultad de Humanidades. El trabajo realizado por la profesora Graciela Guarino manifiesta lo que significó para la población aborigen la aparición y posterior extinción de lo que se considera fue la primera ciudad colonial del Chaco denominada Concepción del Bermejo.

Las narraciones ancestrales del pueblo Toba adjudican la responsabilidad de la destrucción de dicho sitio al hombre blanco, más específicamente a la mujer blanca "que con su ignorancia desafió el poder de la naturaleza", según las historias de los aborígenes.

Los relatos coinciden en que temibles animales, entre ellos la gran serpiente mítica, se apoderaron de los pozos de agua provocando una gran sequía en la ciudad, que luego terminaría por sucumbir sepultada por fuertes movimientos de tierra, en clara alusión a los montículos visibles en el sitio de Kilómetro 75.

La ponencia de la profesora Graciela Guarino, denominado "El yacimiento de Km. 75 en el espacio simbólico de los tobas", se enmarca dentro de un trabajo de investigación más amplio dirigido por la licenciada Susana Colazo, del Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades.
La tarea llevada a cabo en la comunidad toba de la colonia rural Cabá Ñaro, tuvo como objetivo registrar las expresiones de la cultura indígena y las vinculaciones colectivas con el sitio arqueológico antes mencionado.


Considerando que el devenir histórico de esta ciudad colonial comprendió el espacio vivencial de los cazadores guaycurúes, entre los que se destacaron los tobas, el trabajo etnográfico pretende rescatar representaciones y prácticas de esta cultura sobreviviente.

La perspectiva a la vez, relacional y dialéctica comprende un trabajo de análisis y confrontación de informaciones y metodologías que enriquece las interpretaciones del proceso.

Según las fuentes históricas, la fundación de la ciudad colonial de Concepción del Bermejo tenía un objetivo estratégico-defensivo, fortalecer el comercio entre Asunción y Tucumán y someter a las tribus belicosas de la región.

Eran cazadores nómades habitantes de las tierras entre el Pilcomayo y el Bermejo, que hoy identificamos como los Tobas, Mocovíes y los desaparecidos Abipones.

La fundación histórica de este asentamiento hispánico provocó la resistencia de estos nativos y su permanente actitud belicosa hacia sus pobladores.

"Es claro que la ciudad de Concepción fuera percibida por ellos, como la presencia aniquiladora de su cosmovisión. Para la percepción del indio, esta ciudad constituyó lo extraño materializado y, en consecuencia, peligroso. Esta fue la razón de ser que llevó finalmente a los Frentones ..., a incendiar y destruir la ciudad".

El asentamiento toba más cercano al yacimiento de Kilómetro 75 es la colonia rural Cabá Ñaro (término de origen guaraní que significa "avispa brava"), poblada en la actualidad por 20 familias aborígenes, con criollos y gringos como propietarios y arrendatarios de chacras.

Está ubicada a 15 kilómetros en dirección nordeste de la ciudad chaqueña de Tres Isletas, cabecera del Departamento Maipú. El acceso vial es por la ruta provincial Nº 9, pavimentada hasta el cruce con la ruta nacional Nº 95, y luego cuatro kilómetros de tierra hasta el ingreso principal de la colonia.

El método etnográfico del trabajo de campo se desarrolla en base a entrevistas, observación y registro fotográfico.

La estrategia para la recolección de datos de la cultura toba es el trabajo de campo en la colonia rural Caba Ñaro, orientada hacia dos aspectos:

1) la historia del asentamiento, con el objetivo de recuperar información sobre la antropodinamia en el área hasta donde la memoria remita, identificar patrones de movilidad respecto a trayectorias espaciales y factores socioculturales que incidan en estas conductas.

2) las representaciones simbólicas de sus prácticas y creencias, para rescatar explicaciones intraétnicas de su sistema de relaciones sociales y con el entorno natural y humano en el pasado y en el presente.

También se recogieron varios datos del Instituto de Tierras y Colonización de la ciudad de Tres Isletas. Y otros ámbitos también interesantes para la investigación son las instituciones con sede en la colonia, como la Asociación comunitaria dependiente del Idach (Instituto del Aborigen Chaqueño) y la escuela primaria, EGB N°602.

La historia de la colonia narrada por ellos, ya sea como protagonistas o descendientes, es también muy providente en informaciones sobre su cosmovisión, la influencia de sus antepasados y la construcción simbólica del conquistador blanco como intruso que alteró el orden natural.

Según narran toda la región era de una gran riqueza y abundancia, la actividad principal era la cacería de guazunchos, tatúes, tigres, charatas, palomas, que cazaban con arcos, flechas, hondas, palos, o escopetas. El monte era el escenario generoso para mariscar, recolectar miel y la reserva alimenticia para toda la comunidad.

Grandes pozos de agua aseguraban la existencia, pero se fueron secando por la imprudencia de las mujeres blancas que no respetaron la restricción sobre la menstruación y el parto. Esto ocasionó grandes sequías y apariciones de serpientes que espantaban a los hombres. Sólo la mediación de los caciques fundadores salvó a los pobladores.

En este pasado lejano de su horizonte mítico, la presencia del español como el blanco, extraño y conquistador también es evocado. Llegaron y fundaron un pueblo, cuyo nombre no conocen, pero el lugar coincide con las ruinas de Km. 75 que denominan "El Destierro".

Estos intrusos también habrían sido víctimas de la fuerza de la naturaleza que enfadada por los abusos y las transgresiones a los tabúes provocaron movimientos de tierra sepultando para siempre a la ciudad. No recuerdan que sus antepasados regresaran a ese lugar, retomando su historia con el poblamiento de la colonia como lugar de cacería y asentamiento temporal.
Fuente: Revista C y T y Diario Chaco.com