Alberto Gómez, El Último Cacique Toba Murió El Sábado 21
VILLA RIO BERMEJITO (Corresponsal) - El último cacique toba, Alberto Gómez, murió el sábado después del mediodía en el hospital “General Güemes” de Juan José Castelli.
El día anterior había tenido una crisis en su casa del Paraje El Colchón por lo que fue trasladado al nosocomio público donde falleció por la tuberculosis. El cacique aborigen se mantuvo de pie hasta el último día, sólo encomendó su alma a Dios en el final y como sabio guerrero aceptó la muerte como un gran líder.
Había nacido en 1924 en medio de una guerra de gringos y aborígenes donde se defendía a la tierra a punta de lanza y flecha donde la muerte se sucedía mediante combates. No conocían la desnutrición, tuberculosis, vinchucas ni otras pestes.
Al tiempo le sobrevino la entregara a la mansedumbre tratando de mantener incólume al menos su dignidad. Así murió el último de los caciques tobas de nuestro Chaco.
Las civilizaciones han hecho de estas razas sólo clientelismo político, jamás solucionaron sus problemas de fondo. Vendieron sus tierras, los despojaron de todo, causaron el desarraigo más feroz de los últimos tiempos, destrozaron familias indígenas enteras.
En este marco sólo quedaba en estos pagos de El Impenetrable uno de los tantos que encontraron la muerte causada por pestes curables, paradójicamente en ellos incurables: así de dejó existir Alberto Gómez que no es su nombre ancestral, porque hasta eso le quitaron a los originarios chaqueños.
Durante mucho tiempo trató de encontrar remedio a su enfermedad pero fue en vano, gobierno tras gobierno prometieron a sus hijos que lo curarían, que tenían el antídoto para su enfermedad.
Así se quebró en llanto la hija del Cacique, Lidia Gómez: en la tarde del viernes último “mi papá se sentía mal. Se desmayó y cayó. Estaba sola, traté de levantarlo hasta que al fin pude. Le dije a mi hijo que fuera a llamar la ambulancia y desde la casa de mi vecino lo hicieron pero apareció a las 23 hs, cuando llegó mi papá estaba muy mal, empezó a toser y no paró más. Lo llevaron a Juan José Castelli pero ya estaba mal. Lo único que pidió es que orara por su alma”.
Gómez sufría TBC, con un alto grado de desnutrición. “Nunca su tratamiento fue continuo, nunca llegaban los remedios, aguantó porque recibimos la ayuda de la Nación, esa con alimentos”, sostuvo Lidia.
“El necesitaba leche: hace mucho frío y eso creo que lo puso mal al no tener más abrigo que el fuego. Cuando pedía yo en el municipio me decían que pida en la radio que me ayuden por aquí no hay me decía don Lorenzo, el intendente”, continuó la mujer.
Dijo que “mi papá jamás fue a pedir nada, trabajó toda su vida, primero en el ingenio Las Palmas, después cuando lo echaron vino aquí, trabajó su tierra pero nunca pidió”.
Con dolor en la familia uno de sus hijos dijo que “sé que mi papá se iba a morir, como lo vamos a hacer todos, pero si lo hubieran curado todavía estaría vivo, pero claro enterrar un pobre indio no estorba y ahora descansa”.
Fuente: Diario Norte.
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