Gliptodonte Chaqueño
Al museo Shulz
Las directivas son rescatar el fósil lo más entero posible y trasladarlo para su conservación al museo al que pertenecen para su acondicionamiento. Este es un trabajo lento y minucioso, aseguraron. En cuanto al hallazgo de esta pieza de 120 x 70 centímetros aproximadamente comentaron que "está en condiciones muy delicadas, observándose faltante de algunas placas de la caparazón y es por esto el minucioso trabajo del enyesado, lo que lleva mucho tiempo debio a que las condiciones para el trabajo son muy incómodas".
Este hallazgo sería similar al de Avia Terai, comentó Ruiz por lo que "aventuramos decir que se trataría casi con certeza de una especie de la familia de gliptodontes". El hallazgo que tiene la forma de un enorme huevo de yeso, quedó en el campo donde fue encontrado pero fuera del peligro de alguna lluvia que lo arruinara.
El primer hallazgo de un gliptodonte fue realizado en 1760 por el jesuita inglés Thomas Falkner a orillas del río Carcarañá, en Santa Fe. Este fósil fue descripto unos años más tarde por el naturalista francés Alcides Dessalines D´Orbigny quien efectuó varios viajes a América del Sur. Los gliptodonrtes abundaban durante el Pleistoceno y algunas especies llegaron hasta el Holoceno temprano.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Pleistoceno - http://es.wikipedia.org/wiki/Holoceno).
Poseían una caparazón muy fuerte, formado por la unión de un gran número de placas óseas, tetra, penta o hexagonal, con un espesor comprendido entre 1 y 5 centímetros en especies ensenadenses, fuertemente unidas entre sí por sutura. El cráneo tenía una forma muy particular, era pequeño en relación con el resto del cuerpo, corto, muy alto y trucado anteriormente. Poseían 32 dientes y la mandíbula también tenía una forma muy singular y presentaba un desarrollo inusual.
Fuente: Diario Norte.
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