La Explotación Del Quebracho (Nuestra Historia) - Parte II
En 1914, treinta años después de haberse constituido, la Santa Fe Land Co es comprada por The Forestal. La espera de estos treinta años, desde la fundación de The Santa Fe Land Co. hasta la venta de sus bienes a The Forestal, se debió a la extensa ocupación de extensos lotes fiscales que, previo pago de los impuestos, pasaron a su propiedad por la "ley de posesión treintañal", precisamente en 1914.En el año 1914 podemos decir que comienza un nuevo período para la industria del extracto de quebracho en nuestro país. Hasta la fecha de iniciación de la primera guerra, la política comercial de la empresa es marcadamente expansionista mientras controla completamente a su competencia y en parte la absorbe.
Con la guerra sobreviene una momentánea dislocación en el funcionamiento de The Forestal, ya que su aparato funcionaba en Hamburgo y su director en Londres. Marzoratti dice en su informe: "al frente de la misma se encontraban funcionarios casi todos ellos de origen alemán" refiriéndose a la organización de The Forestal en la Argentina. Con la guerra, la empresa se ve obligada a organizar su propio aparato de ventas centralizado en Londres.
"Durante la guerra el gobierno Británico permitió que la Co. retuviera parte de su personal, ya que la industria del quebracho fue considerada como una de las industrias clave para el esfuerzo de guerra por la causa aliada". A pesar del bloqueo de algunos países europeos, las ventas de extracto se expanden sin parar.
"En realidad puede afirmarse que fue durante la iniciación del conflicto europeo de 1914 que se produce el auge y la proliferación de instalación de fábricas de extracto de Quebracho, la mayoría de las cuales se ubicaron en la zona del Chaco".
Hasta superaba en toneladas y en valores a la exportación de tanino. Si tenemos en cuenta que casi toda la comercialización estaba controlada por The Forestal y los rollizos eran industrializados por fábricas europeas y norteamericanas, resalta el hecho de que precisamente se produce un auge de fabricantes nacionales de tanino y se invierten las tendencias del mercado internacional a favor del tanino contra el rollizo.
Ante el surgimiento de diez fábricas de tanino, The Forestal abandonó su política comercial anterior y adopta una nueva. En 1919, después de haber completado la organización de su estructura de ventas, con sede en Londres, organiza con los productores nacionales existentes en esa época, un cartel llamado "Pool de fabricantes de extracto de quebracho" en base de financiaciones y adjudicándose, a cambio de ello, el monopolio de ventas en los mercados internacionales.
El pool estaba integrado por diez empresas y The Forestal cubría cerca del 55% de la producción y se hacía cargo de toda la comercialización. El mismo se organizó en 1919 y duró hasta 1923. Este "Convenio de Caballeros" tenía una duración de tres años.
A fines de 1928, al encararse la renovación del pool, se produce la novedad de que algunos de las fábricas anteriormente nombradas han ampliado su producción hasta sobrepasar las 450.000 toneladas totales. De todos modos, el Convenio se prolongó hasta 1931. Este pool, por acuerdo, debió terminar el 31 de diciembre de 1931, pero, a causa de su política de precios, que se consideró abusiva, se produjo una pronunciada disminución de la demanda.
Esto trajo aparejada fuertes discrepancias entre sus componentes, especialmente entre Quebrachales Fusionados y La Forestal. Como consecuencia de esto, este segundo pool se disolvió prematuramente en el mes de julio de 1931.
La Forestal, en el momento de la ruptura, poseía alrededor de un millón de toneladas de tanino correspondiente a stock no vendido procedente de los fabricantes que integraban el pool fiscalizado por ella misma; luego, ante esta situación, resolvieron producir lo que dieron en llamar "una purga a la industria", declarando una significatividad baja en el precio de venta del producto.
En esta fecha, 1931, The Forestal Land, Timber and Railway Co. Ltd., agrupándose con Fontana Ltda., y con D. Baranda Ltda., constituye La Forestal Argentina Sociedad Anónima Industrial, Comercial y Agropecuaria, a quien en adelante llamaremos La Forestal.
"La superficie de las tierras comprendidas en la operación era de 721.561 has. En Santa Fe y 467.937 en el Chaco, totalizando 1.189.498 has. Estas cifras evidencian que La Forestal había vendido y entregado ya en ésta época cerca de 1.200.000 has., prácticamente la mitad de los terrenos que poseía a fines de 1914". Extraído de publicación de La Forestal.
A partir de este momento sólo se construyen cuatro fábricas más: La Verde en 1939, Monte Quemado en 1941, Santiago del estero en 1942 y, en el mismo año, Vinalito Yuto (Jujuy). En 1932, La Forestal empieza a comprar acciones de Quebrachales Fusionados y en 1964 adquiere la mayoría del paquete accionario, eliminando así su mayor competidor.
A partir de entonces comienza un nuevo período en la industria taninera nacional, que podríamos caracterizar como de transición a la decadencia. Al año 1943, ya habían cerrado las plantas de Colonia Benítez (1932), Reconquista (1941) y Puerto Bermejo (1943).
En 1937 se forma el tercer pool hasta que en 1945 La Forestal deja de controlar la producción taninera. Entre los años 1946 y 1947, a causa de la segunda guerra mundial, se produce un nuevo auge de las exportaciones de extracto de quebracho, pero finalizado esto, ya se inicia un último proceso, que llega hasta nuestros días, produciéndose el cierre masivo de plantas productoras de tanino.
De esta forma, las fábricas argentinas, en número de treinta, representaban el 89,3% del total de plantas productoras de extracto de quebracho en el mundo, correspondiéndole a Paraguay, con cuatro establecimientos el 10,7%.
Surgen entonces con claridad tres períodos de instalaciones de fábricas: el primero es el del comienzo de la actividad industrial, o sea hasta 1909, el segundo comienza prácticamente con la primera guerra mundial (1915) y se extiende hasta 1925 y el tercero coincide con la segunda guerra mundial, 1939 a 1942; en ese año, 1942, se instala la última fábrica.
Asimismo se observan dos períodos de cierre: el primero va desde 1922 hasta 1934 y el segundo desde 1950 a 1962, que se continúa en forma sistemática.
Se puede señalar, asimismo, que el segundo período de cierre coincide con la implantación de un llamado plan de racionalización, tendiente a disminuir la capacidad del extracto de quebracho argentino, lo que se ejecuta a través del cierre de las propias fábricas de La Forestal y de otras, produciéndose el desmantelamiento de las mismas.
En ese mismo período se aumentan las plantaciones de mimosa y se ponen en funcionamiento nuevas plantas de extracto de la misma, culminando esta situación con un acuerdo monopolístico de precios, que resulta ser más elevado de la historia y facilita, de esta manera, el afianzamiento de las fábricas elaboradas de extracto de mimosa. Esto último se lleva a cabo entre los años 1951 y 1956.
La Forestal, evidentemente, no tenía interés en el desarrollo de la competencia y en la posible perturbación de su acción monopólica, explicando esto en muchos casos, la compra de establecimientos, de paquetes accionarios, etc.
Por otra parte, teniendo en cuenta que muchas fábricas casi no trabajaron, se desprende que algunas de ellas se instalaban para luego ser vendidas y otras no disponían de la materia prima necesaria o, simplemente, no habían estudiado los proyectos a fondo.
La existencia de los cupos de producción no siempre se utilizó con sano criterio y se observan frecuentes casos de cierres de fábricas con transferencia de cupos. La mayor parte de los bosques chaqueños fueron aprovechados mediante el otorgamiento de concesiones, sin tomar en cuenta el valor real de la madera en pie o lo que costaría reponer los bosques explotados.
Generalmente las cláusulas sobre regeneración del bosque cuando existieron no fueron respetadas. Además la desaparición de grandes extensiones boscosas provoca daños visibles al medio ambiente y otras alteraciones no menos importantes pero más difíciles de evaluar.
Entre las primeras tenemos: erosión, formación de dunas, desertificación, avalanchas, embancamiento de ríos, extinción de especies. Entre las segundas: cambios climáticos y aumento del dióxido de carbono.
Conclusiones:
Las inversiones nacionales trascienden la frontera y expanden la explotación forestal al Chaco paraguayo. Sus beneficios y capitales invertidos están a salvo, los de las economías marginales no; porque la reinversión allí no se produce.
Conclusiones:
Las inversiones nacionales trascienden la frontera y expanden la explotación forestal al Chaco paraguayo. Sus beneficios y capitales invertidos están a salvo, los de las economías marginales no; porque la reinversión allí no se produce.
A pesar de no ser el Nordeste argentino una región aislada –ya que cuenta con los rieles de tres compañías ferroviarias y una adecuada red fluvial- su marginalidad se mantiene.
Razones políticas y socioeconómicas explican una situación de desequilibrio interregional que, paradójicamente, alimenta la permanencia, fortalecimiento y hegemonía de la elite dirigente de base agroexportadora que da sustento a la Argentina Moderna.
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de incorporación de las tierras boscosas a la economía capitalista. Los recursos ambientales han sido una condición, pero también una externalidad y un costo del proceso de producción de ganancias y excedentes económicos.
Dos cuestiones se conjugaron en esta transformación: por una parte la valoración de la naturaleza, por parte de los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los recursos.
Por otra parte, la crisis de realización del capital y la innovación tecnológica que llevaron a reducir los ciclos de recomposición y revalorización del capital, lo cual generó procesos de producción destructiva capaces de multiplicar y acelerar la extracción de recursos no renovables, tal como ocurrió con las explotaciones forestales argentinas y del Gran Chaco en particular.
Estas condiciones de reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones productivos orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin considerar las condiciones de conservación y regeneración de los recursos renovables, induciendo procesos que han degradado la calidad ambiental y los niveles de vida.
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el desajuste entre las formas y ritmos de extracción, explotación y transformación de los recursos naturales y las condiciones ecológicas para su conservación, regeneración y aprovechamiento sustentable.
La aceleración en los ritmos de rotación del capital y en la capitalización de la renta del suelo para maximizar las ganancias o los excedentes económicos en el corto plazo pudieron ser causales que generaron una creciente presión sobre el medio ambiente. Esta racionalidad económica aparecer asociada con patrones tecnológicos que tienden a uniformar la explotación y a reducir la biodiversibilidad.
La sociedad humana conforma su medio ambiente, pero al mismo tiempo su supervivencia y desarrollo exigen la explotación del mismo. Se encuentra así en una situación de juez y parte con respecto a la naturaleza, ya que la explotación del medio ambiente interfiere con los ciclos ecológicos mencionados anteriormente.
Estas interferencias pueden ser asimiladas por los ecosistemas, ya que éstos gracias a su heterogeneidad y complejidad, poseen una capacidad relativamente amplia de "absorción de interferencias", de regeneración y autorreproducción.
Pero si exceden ciertos límites, la intensidad o persistencia de la interferencia pueden llegar a desorganizar los ciclos regeneradores y reproductivos de los ecosistemas, a tal punto de producir un colapso ecológico, exigiendo los consiguientes reajustes sociales.
En este sentido, es posible considerar a esas interferencias, sus grados de intensidad y sus reajustes sociales, como medios aptos para conocer la situación y evolución de las regiones forestales nacionales y particularmente en el llamado Gran Chaco.
Transformación ecológica y precariedad económica en una economía marginal.
El Gran Chaco argentino, 1890-1950.
Adrián Zarrilli
Adrián Zarrilli
1 Comments:
Disculpame, podrías poner el resto de los datos del libro o artículo? A ver si lo ubico :-)
Saludos
Marina
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